como un elixir acaramelado;
mueves la cabeza inquieta,
OH Dios de lado a lado,
y salpicas de almíbar,
mi rostro asombrado.
Se estremece mi cuerpo,
ante imagen tan bella,
y quedo petrificado,
como mirando a una estrella;
te acercas a mí insinuando,
no se cuantas cosas de amor,
eres puro…puro sexo,
y pura… pura pasión.
Te cargo, y te lanzo a la cama,
ruedo de amor y guerra,
armas las almohadas,
y sexo…sexo en la tierra,
nos abrazamos tan fuerte,
que nuestra piel se une,
fundida en amor ardiente
que nos quema y consume.
Y en un momento de amor sublime,
sin vida, ni respiración,
con aliento apasionado,
te hago el amor…
Dios sabe que no como hombre;
porque los humanos razonamos,
y nosotros sin amor, y sin nombre,
esa noche nos quedamos.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
No comments:
Post a Comment