Pasionales antojos
Crecía el deseo, mirando a tus ojos,
de sentimientos, era un cataclismo,
como cayendo al vacío, de un abismo,
lleno él, de pasionales antojos.
Enfebrecido cuerpo de hinojos,
diosa mujer, causante de aquel sismo,
me sentía tan lleno de pesimismo,
odiaba inquieto, exasperado enojo.
Tu cuerpo bello en una bandeja,
tu piel herviente de sutil mujer,
mi cuerpo amante, placer te deja.
Penetrando tu vientre, con mí querer,
sentimos que el cruel deseo, nunca ceja,
y así nos sorprende el amanecer.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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