Amanecer desnudo
Las olas llegan al amanecer,
en aguas oscuras y tenebrosas,
la luna alumbra, tu cuerpo de mujer,
la espuma huele a sales olorosas,
y allí sentada en aquel vergel,
tú… divina, con esa mirada primorosa.
Nada, nada cubría aquella piel,
un sabotaje a mis emociones,
que crujían amargadas en la hiel,
de mundanos deseos e ilusiones,
con ganas de robarte el querer,
como un pirata de corazones.
Solo adornaban tu belleza,
aquellos brillantes aretes,
que pendían como cerezas,
moviéndose ál garetes,
orgullosos como princesas,
y yo… yo de tu pasión juguete.
Que cuadro Dios para un cadete,
en el arte… en el arte de las letras.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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