Perdones
Fue hermoso el nocturno querer, ardiente,
hubo en aquella noche, mil colores,
quedé tendido, dormido e inconsciente,
extenuado por sensuales ardores.
De tu cuerpo joven ambivalente,
me embriagué totalmente sin temores,
en aquella noche donde la mente,
se encendió con ardor, pasión y amores.
Te pusiste mi camisa y corbata,
te moviste sobre mí como gata,
en aquella, tu negra madrugada.
Fuiste reina, de mi pecar ladrona,
encendiste el candil que me ilusiona,
y llené con perdones mi alborada.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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