Esperanza póstuma
El grito de una madre, de un padre el dolor,
y allí, como una tranquila flor dormida,
tu hija que se llevó con ella todo tu amor,
sin darte tiempo, a una formal despedida.
Yo testigo de aquel sublime momento,
pensé mirando aquella triste situación,
como aflora el humano sentimiento,
cuando algo así, nos rompe el corazón.
Vi lágrimas desconsoladas,
aflorar, mi amigo a tus ojos,
las vi, eran como oleadas,
que te pusieron de hinojos.
Estuve ahí en tu dolor inmenso,
mi mano tu hombro frotó,
sentí en tu pecho el sollozo intenso,
que tu hombría, con fuerza soportó.
Yo tengo una esperanza amigo,
que se tú, hoy no compartes,
pero Dios convierte en humano testigo,
al que de Fe lleva el estandarte.
Tu hija esta en la muerte dormida,
Dios te la devolverá en la resurrección,
el curará tu actual dolor, en su venida,
es la promesa, que nos dejó el señor.
Que Dios te de fuerzas, fe, vida y valor,
eso deseo amigo, y te acompaño en tu dolor.
Autor: José Prado
Dedicado a tu hija y a ti, estimado amigo Kique.
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