Hoy te vi de nuevo
y al cruzar tú mirar,
sentí escalofríos,
me puse a temblar.
Es que contigo mí cielo
tengo lo mejor que has dado,
mis hijos, mí querido desvelo,
todo en mi recuerdo guardado.
Quise volver a sentir tú aliento
en mí rostro ahora de hielo,
dejarme llevar por el viento
y llegar hasta el mismo cielo.
Y es que no puedo desear,
nada malo para ti,
porque aun sigues siendo
mí dulce flor de alelí.
Es por eso que mis rezos,
de puro amor, y dolor,
se mueven cuando te veo,
pues sigues siendo mi amor.
Autor: José prado
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