De la cabeza a
los pies
Hoy imagine
tu risa clara,
que en
desborde de energía,
alumbraba
mi mañana
hasta el
medio día;
sentí algo
muy especial
en una
linda mujer,
pureza, y
timidez,
fundido
todo a la vez.
Sentí
fortaleza de espíritu,
y hasta una
fingida altivez,
pero yo de
lejos te miraba
de la
cabeza a los pies;
no pudiste
ocultar de mí ser
esa sangre
gitana, y candente,
que a pesar
de decente,
era también
de mujer.
Y reí para
mis adentros
porque vi
en tu corazón,
el
cansancio de celos obtusos
que no
tenían razón;
y te
encontraste con mi risa,
y mi
prometida desnudez,
te
estremeciste porque te miraba
lejano, de
la cabeza a los pies.
Autor: José Prado
Derechos reservados por el autor
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