Destellos de
aceitunas y esmeraldas.
La noche salia
a buscarte,
y para que
rápido te encontrara,
le dije que
eras bella
y ardiente
como una llama.
Le dije que
llevabas
un traje de
luna en tu cara,
con
destellos verdes
como aceitunas
o esmeraldas,
le dije que
tu piel era nácar
y tu vida muy
blanca
como las
perlas del mar.
Partió la
noche a buscarte
sin
letreros ni mapas,
solo con la
seña que tenia en su solapa;
fue a los
cerros y a la playa
fue al mar
y los desiertos,
buscando tu
luna blanca
y sus destellos
esmeraldas;
buscaba
ansiosa ella
para darte mí
recado,
uno que
escrito llevaba
en un
lucero guardado.
Y te encontró
sentada en la alborada
en una almohada
de nubes
y perdida
la mirada,
te vio y te
dio mi recado
y dibujo tu
cara
para
ponerla al lado
de su manto
de plata,
y rió la
noche
porque
volvió la luna
que en tu
cara estaba,
esa con
destellos
de
aceitunas y esmeraldas.
Fin
Autor: José Prado
Derechos
reservados por el autor
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