Aunque seas de
el
De
nuevo estas en mi mente
como
una sombra sagrada,
que
constantemente
te recuerda mi amada.
Hoy
no supe de ti
y me
cayó un desconsuelo,
que
me llevo a mí
desde
una cima hasta el suelo.
Te envié
un mensaje
y no
obtuve respuesta,
y con rabia salvaje
golpee una puerta.
Pensé
tantas cosas
que
no puedo decir,
porque si no son hermosas
no
las he de escribir.
Recordé
que te quejabas
y tanto dolor sentí,
que
al no saber como estabas
hasta
loco me volví.
Porque
aunque seas de el
eres mí consentida,
mi linda e imposible mujer
reina de mi vida.
Fin
Auto: José Prado
Derechos reservados por el autor
No comments:
Post a Comment