Obra bendita de Dios

Obra bendita de Dios

Solos en secreto,
con las ansias y deseos,
todos a flor de piel,
de pasión culpables reos;
encontramos el saber,
y contra la conciencia,
te dejaste ser mujer,
olvidando las apariencias.

En un secreto guardado,
en un cuarto escondido,
se llenaron de te quiero,
y olvidamos al olvido;
parecía todo perdido,
no creías que con audacia,
pudieras el amor disfrutar,
con desmedida abundancia.

Tu pelo, en cascada bordado,
tus ojos de intenso color,
fue un conjunto inusitado,
obra bendita de Dios;
te regalaste los antojos,
sentiste derramar tu lisura,
ante la lujuria de mis ojos
que disfrutaron tu hermosura.

Autor: José Prado
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