Despeinada al levantar
Despeinada, al levantar,
tu rostro aún adormilado,
despierta ternura sin par,
porque estoy enamorado.
Enamoro yo a tus ojos,
entornados por el sueño,
a estos, les puse cerrojos,
para poder ser tu dueño.
Tu mirada es angelical,
diluye todo mi esquema,
creando en mí, un sin igual,
ardor que a mí me quema.
Que importa si estas sin peinar,
que importa el cielo nublado,
si el sentimiento del amar,
para mí, no es un pecado.
Es la gloriosa entrega,
que me hace vivir y soñar,
que importa si en la refriega,
no te peinas al levantar.
Porque quien de veraz ama,
nunca se queja del amor,
sobre ella solo derrama,
dulzura y mucho candor.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor,
USA
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