Modelo de Dios.
La mirada de carbón encendido,
ojos de un profundo color,
como si Dios hubiera escondido,
en ellos, una noche de amor,
tus labios en un marco perfecto,
lucharon con mucho valor,
con tu pelo insurrecto,
negro él, esclavo cimarrón.
Tu risa contrastaba con tu pelo,
ella era como una madre perla,
suave como el terciopelo,
se esmeró Dios al hacerla,
fue un marco de belleza,
y cuando él mismo fue a verla,
de premio a la naturaleza,
dejó a tu mirada conocerla.
Bella mujer con tu encanto,
se llenó toda la creación,
con tu voz hizo el canto,
del mismísimo ruiseñor,
hizo trigueña a la madrugada,
la creó oscura, para el amor,
como tu profunda mirada,
negra, negra como el carbón.
Autor: José Prado
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