Pasional entrega
Odio la tarde, me hace esperar,
se que cuando la noche llega,
allí acostada, aguardando el amar,
estarás para darme tu entrega,
odio la tarde, quiero la briega,
de tu ardiente amor pasional.
Así fue hoy, como erótica fotografía,
me esperaste, con aquel diminuto traje,
en el una flor como equipaje,
y dentro, el sexo que hambre tenía,
tus ojos cerrados, regalando tu paisaje,
y mi cuerpo, soportarlo no podía.
Sabía bien, que en juego me fingías,
arranqué con mis labios la rosa,
y te mordí mujer hermosa,
¿Que otra cosa hacerte debía?
Si tu carne sabía a moza,
y tu vientre, era sol de mediodía.
Luego llegó la amable calma,
tu cabeza descansaba en mi pecho,
se doblegó la soberana palma,
el deseo ahora deshecho,
dio paso al placer del alma,
y en tu pelo, te regalé mis besos.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
Odio la tarde, me hace esperar,
se que cuando la noche llega,
allí acostada, aguardando el amar,
estarás para darme tu entrega,
odio la tarde, quiero la briega,
de tu ardiente amor pasional.
Así fue hoy, como erótica fotografía,
me esperaste, con aquel diminuto traje,
en el una flor como equipaje,
y dentro, el sexo que hambre tenía,
tus ojos cerrados, regalando tu paisaje,
y mi cuerpo, soportarlo no podía.
Sabía bien, que en juego me fingías,
arranqué con mis labios la rosa,
y te mordí mujer hermosa,
¿Que otra cosa hacerte debía?
Si tu carne sabía a moza,
y tu vientre, era sol de mediodía.
Luego llegó la amable calma,
tu cabeza descansaba en mi pecho,
se doblegó la soberana palma,
el deseo ahora deshecho,
dio paso al placer del alma,
y en tu pelo, te regalé mis besos.
Autor: José Prado
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USA
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