La espuma blanca, como guirnalda,
aquel sol derecho, arriba en el cielo,
como visión tú figura en un velo,
de arenas blancas, que mis pies escalda.
Sin trapos, sin sombrillas y sin falda,
paseaba tu alma en iluso desvelo,
con tu paz suave como terciopelo,
tus largos cabellos sobre tu espalda.
Visión hermosa eres mujer sin penas,
tú risueña estrella mi vida calma,
con caminar ondulante en arenas.
Tus curvas bellas, llenan toda mi alma,
son rompientes olas, con sus querellas,
moviéndote tú así, mi hermosa palma.
Quedose en vilo, todo pensamiento,
ante la escultura que el firmamento,
en cuerpo de mujer, la vida empalma.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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