Cenicienta y princesa
Quizás te preguntes
porque los hombres,
aunque tú te disgustes
te quieren amar,
y los Donjuanes suspiran
por tu caminar.
Porque con tu risa
se abren las puertas,
por donde la brisa
puede entonces pasar,
y el olor de tu cuerpo
podemos aspirar.
Quizás al mirarte
a solas al espejo,
no veas ni el amor
del que eres reflejo,
ni que eres la flor
donde posa el azulejo.
Pero siempre recuerda
que en la magia y la vida,
una cenicienta
se puede encontrar,
que como tú se vuelva princesa
en cualquier momento o lugar.
Fin
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
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