Una cara hermosa
una risa sin igual,
unos labios rojos
que invitan a besar;
una inocencia extrema
dentro de una mujer,
joven y bella
a quien no saben querer.
Una ausencia de paz
buscando una hermosura
de la que ya eres reina
con tu linda figura;
y yo espectador diferente
que miro tus ojos,
y caminar ardiente
temblando de enojo.
Y sin decir una palabra
vuelvo la mirada,
sabiendo muy bien
que no eres bien amada;
pero nada puedo hacer
ambos tenemos dueños,
ambos no sentimos placer
y vivimos de sueños.
Así es la vida cruel
yo a veces despreciado,
y tu siendo de el
ese hombre desgraciado;
sufriendo los dos
en carne propia,
la falta de un querer,
de un verso una estrofa.
Esa te la escribo yo preciosa
a esa risa sin igual,
que quedara en mi pecho
aunque el dolor me haga mal;
porque somos iguales
y a decir verdad,
ni tú ni yo amamos
ni nos dejamos amar.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
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