Hoy me di cuenta,
de que al llegar la noche,
tu rostro viene a mi mente,
como preciado broche.
Recuerdo tus labios divinos
tu cuerpo dorado en bronce,
y deseo tener tus besos,
tus caricias, y tus goces.
Quisiera antes de dormir
verte quitar la ropa,
poder tocarte, y sentir,
tu carne ardiente, y loca.
Quisiera mucho más excesos
sentir tu contacto, tu piel,
y embarrarme de tu sexo,
como si fuera de miel.
Y después en mi pecho
sentir tu cabeza,
moviendo tú pelo
sobre mí con delicadeza.
Y al final en un suspiro
Extenuado, y exigente,
doblar mi cabeza,
de amor, ahora inconsciente.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
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