Amor bajo un delantal

Amor bajo un delantal

Cuerpo de sirena, bella y sensual,

cubierta la piel, con dulce recato,

fue visión hermosa, loca e inusual,

que erizó mi piel, por un largo rato.

Te cubría la piel, solo un delantal,

muy suave el olor, que atacó mi olfato, 

creando veloz, ardiente deseo bestial,

se llenó mi alma, con sensual vibrato.

Entendí entonces, toda mi fortuna,

me sentí el autor, de Fuenteovejuna,

pues yo pude escribir, todo mi furor.

Supuse que Dios, un regalo me hizo,

que mis deseos, con piedad satisfizo,

cuando me dio, de tu corazón el amor.

Autor: José Prado

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Trigueña gitana

Trigueña gitana

Trigueña de fuego, mujer divina,

sensual tu mirada, tierna y gentil,

tus ojos funden, la roca prístina,

con fuego de sexo, en tarde de Abril.

Andar lento, como voraz felina,

con poder sereno, y mirar señoril,

al alma del hombre, tu ardor calcina,

y la dirige derecho, en recto carril.

Mujer que gusta, del lindo cumplido,

que odia la vida, con tono aburrido,

pues ama, sentir, gemir y soñar.

Trigueña gitana, tu corazón veo,

y aunque en amores, una vez yo fui ateo,

hoy contigo he vuelto, a creer al amar.

Autor: José Prado

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Nube malvada

Nube malvada

Nube malvada, no empañes mi luna,

deja que brille, con su franco esplendor,

pues soy feliz, con la bella fortuna,

que me regaló Dios, con un lindo amor.

Deja tú que me alcance, aquella hambruna,

de la clara luz, que regala esplendor,

pues en esta noche, negra y moruna,

solo deseo, de su sexo el ardor.

Déjame verla Dios, yo soy su dueño,

te prometo cuidarla, con empeño,

con un sentir, fuerte, fiero y gitano.

Vete nube, de negrura malvada,

déjame ver, a mi mujer amada,

porque su rostro es… candente verano.

Autor: José Prado

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Mírame coqueta

Mírame coqueta

Mírame coqueta a la orilla del mar,

con mirada amante de mujer,

deja que la brisa, me lleve el soñar,

al paraíso divino del querer,

y que mi pensamiento, siga al volar,

el camino travieso, del amanecer.

A tu espalda, que se esconda el sol,

en nubes de vergüenza, cuando ve,

que tu belleza en un arrebol,

opaca su brillo, y me llena de fe,

cuando gira mi alma, como un girasol,

pues eres exacta, a como soñé.

Mírame coqueta, con tu risa dorada,

valiosa y preciosa, como el oro,

porque eres mi mujer amada,

de mi vida loca, su único tesoro,

eres de mi playa, tierna alborada,

y en mi corazón, el ser al que adoro.

Autor: José Prado

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Caminemos

Caminemos

Caminemos de la mano, por la blanca nieve,

nosotros gustamos del frío, con su encanto,

nada puede con el amor, nada lo detiene,

pues de la vida misma, es su bello canto.

Caminemos con ternura, el blanco camino,

dejémonos llevar, por el incienso del querer,

pues es la presencia cierta, que hizo divino,

mi vivir duro e incierto, con tu beso de mujer.

Caminemos por la vida, siempre unidos,

con el suave olor, del sexual sentir,

pues tus manos destruyen, mis olvidos,

causando risa y ternura, al convivir.

Que bello es amarte, día a día,

es para mi corazón, una gran…

una gran osadía.

Autor: José Prado

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Lágrimas de luna

Lágrimas de luna

La noche negra, con su manto,

cubrió con soledad su vida,

llevándose aquel encanto,

de bella luna, consentida.

Llenose tu rostro, de llanto,

llenose la noche, de tu sufrir,

escrito en lágrimas de espanto,

que tu luz clara, no pudo cubrir.

Lágrimas de luna entristecida,

que vio romperse un idilio,

tus lágrimas embravecidas,

por un desamor, con su martirio.

Lágrimas de luna llena,

noche de amores truncados,

la noche llena de pena,

y de besos olvidados.

Deja el llanto, campirana,

con gracia volverás a querer,

con libre alma de gitana,

y con sensual cuerpo de mujer.

Autor: José Prado

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Abrázame bajo las estrellas

Abrázame bajo las estrellas.

Abrázame, bajo las estrellas mujer,

con esos brazos, que destilan ardor,

que me dejan muy claro, poder ver,

que en el alma tuya, cultivas amor.

Abrázame, lléname con tu querer,

como se llena, del aroma de una flor,

un campo salvaje, lleno de poder,

que florece en primavera, con candor.

Eres mi dulzura, yo me siento repleto,

lleno del sentir, que me hace completo, 

estando aquí ambos, bajo las estrellas.

Abrazados al eterno suplicio,

que es este hermoso, y pasional idilio,

pues somos dos mitades, ambas bellas.

Autor: José Prado

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Luna y luz sin penumbra

Luna y luz sin penumbra

Negra noche, es noche de amor,

la luna brillando, allá en el cielo,

naciendo del mar, bajo el negro velo,

con luz y esencia, de tierno candor.

Negra noche, tiempo de amantes,

tiempo de caricias y de ternura,

allá muy juntos en la espesura,

del bello lago, en aquel instante. 

Entre abrojos y negra noche,

quedó tu cuerpo, como una estrella,

dama brillante, sensual y bella,

brillando tú pelo, como un broche.

Luna hermosa, que me deslumbra,

inspírame un bello poema,

para que de mi amor, sea emblema,

y haya luz en mi vida, nunca penumbra.

Autor: José Prado

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Sufrimiento

Sufrimiento

Noches terribles, sin horas de sueño,

cuando solloza un cuerpo, que no puede vivir,

cuando el sufrir es la mueca, que con empeño,

solo un dolor intenso, nos hace sentir,

y nos sentimos, miserables como ese leño,

seco y cortado, que solo el fuego hace gemir.

Vemos la vida, pasar nuestro lado,

el tiempo remoto, que sin virtud,

nos recuerda con saña, que la vida ha pasado,

pues nos duele el tiempo, y que la salud,

a nuestro cuerpo, tanto ha quebrantado,

con la intensidad enorme, de un fuerte alud.  

Amor pisoteado, que no es valorado,

que vives sin gusto, por compromiso,

amor de mujer, que se siente ahogado,

pues para el hombre, eres caso omiso,

pero a ti mujer, te ha… te ha asfixiado,

odiando aquel amor obligado, sin permiso.

Dr. Frank dijo: “que de la vida el entorno,

era poder responder los porqués,

para luego al fin, hallar los como”,

pero cuando duele tanto, el soborno,

dígame usted ¿como responder el porque?

Y mucho menos aún, hallar los como.

Dejemos entonces que tiempo y verdad,

algún día nos traiga, al fin la felicidad.

Autor: José Prado

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Mar y vino

Mar y vino

La grandeza, bella del mar,

la sensualidad del vino,

ambas vitales, para amar,

evitando el desatino.

Mar y vino, para soñar,

dos copas en mi destino,

voy nadando, para dejar,

muy atrás, sentir mezquino.

Tú y yo, flotando somos copas,

no necesitamos ropas,

somos dueños, de nuestro interior.

Embriagamos pasionales, 

pensamientos personales,

pues somos, el néctar del amor.

Autor: José Prado

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Hermoso

Hermoso

Hacer el amor contigo es,

es como caminar por el cielo,

es como recoger la mies,

que se trabajó con desvelo,

es como andar sin pies,

ver sin descorrer un velo.

Cuando hacemos el amor,

amanece más temprano,

el sol alumbra sin rubor,

y el viento llega a ser su hermano,

la tormenta refresca al calor,

que deja de ser inhumano.

Todo se vuelve, tan tierno y bello,

todo de nuevo es, claro y radiante,

todo es rápido, como un destello,

el tiempo es rápido, y en un instante,

veo lo negro, del largo cabello,

que tu rostro cubre con diamante.

Hacer el amor contigo, es maravilloso,

pues Dios contigo, creo la palabra hermoso.

Autor: José Prado

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Un buchito de café

Un buchito de café

Despierta mujer, despierta,

abre tu mirar precioso,

abre de tu alma la puerta,

a mi pecho sudoroso.

Ámame con fuerza cierta,

en amanecer hermoso,

con la risa fuerte y abierta,

que borra mi dolor odioso.

En mi alma, un hueco horadé,

para que un buchito de café,

me regales tú, con un beso.

Con esos labios que mi Dios,

no te dejarán, decirme adiós,

pues tú eres mi sentir, si eso.

Autor: José Prado

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Atardecer de Octubre

Atardecer de Octubre

En aquel atardecer, de Octubre,

hermoso recuerdo, bellos amores,

muy lejos tu rostro, de mis horrores,

dolor que hoy sin verte, mis ojos cubre.

El recuerdo lejano, me descubre,

este intenso sentir, de mis dolores,

saboreando una lagrima, que encubre,

delicado sentir, de mis rubores.

Aunque sea negro, el velo de la niebla,

mi pluma, al escribirte no se rebla,

porque el amor seguro, es muy gentil.

Hoy en esta tarde de octubre, te escribo,

pues recordando tu rostro, yo recibo,

mi inspiración, sensual y varonil.

Autor: José Prado

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Águila rapaz

Águila rapaz

Águila rapaz, en cuerpo de mujer,

provocas, con sangre de hombres vestida,

te burlas rampante, del tierno querer,

ave de rapiña eres, desmedida.

Se fue de tu vida, una vez aquel ser,

que quisiste, con tu luz encendida,

traicionó tu alma, con dureza sin tener,

esa piedad a un alma, bien querida.

Tu corazón rojo, vistió de luto,

tu rostro antes alegre, se hizo enjuto,

la rabia furiosa te volvió incapaz.

De entregar de nuevo, el alma con pasión,

de volver de nuevo, rojo tu corazón,

y te volvió indolente, un águila rapaz.

Autor: José Prado

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