Manso corcel

Manso corcel

Alazán de pura sangre, en tiempo pasado,

libre mi cola al viento, correteando vivía,

¿Como pensar en dolor? Siendo tan osado,

si mi cabalgar salvaje, a la llanura bebía.

Cuanta risa, cuanta osadía, cuanta juventud,

pasó el tiempo y no me sentía, no me sentía feliz,

veía pasar la vida, al principio con lentitud,

luego velozmente, como imparable desliz.

Me volví hosco, como el mandril,

todo era absurdo sin condición,

hasta que en una tarde linda de Abril,

sentí tu vida y tus ojos de pasión.

Bajé mi rostro fiero, erizada la piel,

me dejé acariciar sin resistir, 

me volví manso, un manso corcel,

porque aprendí un nuevo vivir.

Autor: José Prado

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Nunca más mujer

Nunca más mujer

Buscando paz, en torturada alma,

tu piel mojada, por intensa lluvia,

baja tu cabeza, en triste calma,

por el recuerdo cruel, de una penuria.

Rota desde el centro, hermosa palma,

rajado el corazón, princesa Nubia,

la tristeza de un amor, te desalma,

pues hoy tu alma es negra, ya no… no es rubia.

Deja que corra, el agua limpiadora,

que tu alma cure, del duro engaño,

renace bella mujer, en nuevo amor.

Para que tu risa, avasalladora,

nunca más… nunca más reciba el daño,

que otrora te llenó, con triste dolor.

Autor: José Prado

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Toque mágico

Toque mágico

Un toque mágico te dio, especial,

bien hecho, con locuras y embeleso,

piel de seda, una boca para beso,

te puso Dios, en seguro sitial.

No tuve nada que decir ni objetar, 

tu mirada era tierna y pícara,

como el ron claro, que en una jícara,

nada suele, inocente aparentar.

Llegó tu amor, un licor embriagante,

yo me enloquecí, borracho de amor,

yo tuve hambre, de tu sexo anhelante,

y me olvidé si, de mi pasado error.

Yo solo recordé el toque trágico,

de tus manos, fue un momento mágico.

Autor: José Prado

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Espérame en la cama

Espérame en la cama

Espérame mujer, con cuerpo listo,

con la dulce paciencia, del amor,

que con sentir a flor de piel, me alisto, 

para disfrutar, tu tierno esplendor.

Recuéstate tranquila, no resisto,

con esa necedad plena, del error,

no abandono este encuentro, persisto,

porque de ti robaré, ese suave olor.

Espérame como, una reina dama,

descansando tersa piel, en mi cama,

añorando mí toque, mi calor.

Entre blancas sabanas, yo me escondo,

y dándote giro loco, en redondo,

de mi ausencia solo quedó el… el rumor.

Autor: José Prado

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Cuando llega el atardecer

Cuando llega el atardecer

Cuando llega el atardecer, con su luz tan roja,

cuando llegan las mariposas, buscando descansar,

mi alma te busca, te añora, no te puedo dejar,

allí con fiero mirar, amarte se me antoja.

Cuando llega el atardecer, dibujo aquella cara,

con pinceladas de sueños, que me atan, torturan,

tu mirada tierna que con dulzura enduran,

mi ruda forma de amar, y mi costumbre rara.

Cuando llega el atardecer, se desbordan los ríos,

con corrientes de ardientes besos, lava de amores,

y del mismo amar, aquellos sexuales olores,

llenan el aire, junto a besos de labios bravíos.

Entonces cuando llega hoy, de nuevo el atardecer,

me recuesto a tu lado, mi linda y tierna mujer.

Autor: José Prado

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Encuentro de enamorados

Encuentro de enamorados

Salió la brisa buscando espacio,

creció el río, con ruda fuerza,

llegó a mi vida tu pelo lacio,

tu mirada junto a tu piel tersa. 

Rió pícara la luna en desvelo,

en la noche a solas encuentro fiero,

amor de espuma y terciopelo,

contra tu risa fuerte, como el acero.

Titiló la estrella del norte,

con brillantez en aquella vereda,

sonriendo pues con su aporte,

oscureció la tarde, en tu piel de seda.

Luego en un beso de bocas llenas,

amantes locos nos escondimos,

para que no sintieran los vecinos,

nuestro orgasmo de vidas plenas.

Después reímos tontos osados,

porque acabó el tiempo de amar,

y abrazados nos fuimos a soñar,

aquel encuentro de enamorados.

Autor: José Prado

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Picardía de amores

Picardía de amores

Sabiduría de hembra, está en tu toque,

celestial arpegio, música traes a mi cuerpo,

tus dedos me tocan, en sinfonía de choque,

sonido sensual, con efectos inversos,

mi piel se eriza, con sentimientos inmersos,

en fuerza bestial, por su entero enfoque.

Picardía de amores, poder de abeja reina,

en mi corazón encuentras el polen,

que tus obreras manos, combina,

en jalea de amor, para que controlen,

aquel triste sentir y de nuevo me apasionen,

estos nuevos amores, que no tiene rutina.

Todo es nuevo, todo es bello,

es como si naciese de nuevo,

porque rompiste aquel sello,

y hoy en mi piel, el ardor llevo,

ya no escondo sentir, me muevo,

cuando aspiro el olor de tu cabello.

Sensual fetiche, guantes de piel,

tu cuerpo siempre oliendo a flores,

él mismo, me regala toda su miel,

amándote, me olvido de mis errores,

porque con tu picardía de amores,

te llevaste… te llevaste la amarga hiel.

Autor: José Prado

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