Cremallera

Cremallera

Déjame bajar, por tu bella espalda,

con el instinto de hombre, mi mano,

y déjame andar por ese llano,

que mi corazón, con pasión escalda.

Tomaré tu alma esclava, soy tirano,

levantaré, con descaro tu falda,

y deshojaré tu tierna guirnalda,

con la ufana experiencia, de un anciano.

Bajaré despacio, la cremallera,

que ruda me esconde, tu primavera,

y te amaré, con ardores profundos.

Suspiros nos llenarán, la alborada,

tu pelo cubrirá, nuestra almohada,

y te amará fiel, este trotamundos.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

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Con tus ojos cerrados

Con tus ojos cerrados.

Miré tus ojos cerrados,
los besé con emoción,
y dos lágrimas nacieron,
de mi pobre corazón,
una solo de pensar, que te perdiera,
la otra, porque Dios me dio tu belleza,
no se que fue mayor, si la primera,
o el orgullo de tu nobleza.

Absorto en tu cara de diosa,
no me podía olvidar,
del temblor de tu regazo,
del negro de tu mirar,
era dueño de la ternura,
¿que más podía desear?
si tu cuerpo era el mar,
del candor y la dulzura.

Quieto en tu cuerpo quedé,
dentro, porque deseaba,
oír los quejidos que dabas,
cuando de tu vientre me adueñé,
largos quedaron en olvido,
el dolor y la tristeza,
pues tenía la delicadeza,
de tus ojos adormecidos.

Sentía en mi pecho latidos,
sentía en mi cuerpo deseo,
era un maleficio, creo,
que me hizo perder el sentido,
mirando tus ojos cerrados,
disfrutando del placer,
te hice mía, mía mujer,
si… con tus ojos cerrados.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor.
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Allá en la playa

Allá en la playa

Es hora de amanecer, el mar calmado,

tu tibio cuerpo, dormido en la arena,

el sol naciente, humilde se apena,

ante mi tierno beso, enamorado.

Las olas del mar, suavemente te tocan,

disipándose suaves, en tu piel,

dejando dulces gotitas de miel,

que entre tus piernas se dislocan.

Allá a lo lejos, en el horizonte,

nubes se convierten en almohadas,

atrayendo las humanas miradas,

acompañada por colorido sinsonte.

Entonces despiertas, aún adormilada,

bella tu tez, hermosa tu dulce cara,

tu pelo revuelto, hizo mi vista llorara,

mujer de mis sueños y de mi alborada.

Levántate reina de mis sueños,

anda el simple camino del amor,

aquí te espero, no tengo rubor,

porque se que soy, tu único dueño.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

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Al fin se logró el amor

Al fin se logró el amor

Noche de luna, tu piel de fuego

tu cuerpo totalmente desnudo,

mi corazón late y queda ciego,

a pesar de ser, ardiente y forzudo,

mi boca cerrada, en concierto mudo,

dejó hirviendo mi alma, no lo niego.

Llegó el momento, por favor tú dime,

Se unirán nuestro, cóncavo y convexo?

Ese acto, que el sensual pecado redime,

con el amor tierno y limpio del sexo,

que es a la vez, rudo y perverso,

pero un sentimiento lindo, y sublime.

Llegó la unión de nuestras bocas,

el suspiro se ahoga, dentro de ellas,

ansiosas, voraces, sensuales, golosas,

tus piernas exóticas, carnosas y bellas,

brillante tu vientre, como una estrella,

tu mirada, límpida, dulce y hermosa.

Al final, todo en silencio quedó,

tu rostro acá, recostada en mi pecho,

tu vientre goteando, al mio se unió,

ambas miradas posadas en el techo,

ahora tranquilo el amante lecho,

porque al fin, nuestro amor se logró.

Llegó entonces Morpheo, con él vino el sueño,

y con su toque mágico, nuestros ojos cerró.  

Autor: José Prado

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