Saturday, August 31, 2013

Dueña de mí destino



Dueña de mí destino

En cualquier lugar nace el deseo,
en cualquier lugar me provocas,
esas ansias que evocas,
cuando desnudarte te veo,
es como si un condenado reo,
fuera a morir de pasión,
pues se llena de ilusión,
y donde quiera te encuentres,
mí mente vuela pues siente,
el lujurioso llamada del amor.

Arrodillada en el suelo,
o acostada en mí cama,
mí cuerpo te reclama,
la presencia de tú pelo,
mí cara con desvelo,
lo siente revolotear,
suelto como ola del mar,
abundante como el cielo,
pues cubre como un velo,
tú malvado coquetear.

Tus caderas ahora liberas
de ese pequeño cubrir,
que me hace dirigir,
mis ojos a tus riveras,
ríos, lomas, y enredaderas,
forman tú sexo divino,
bello, sensual, y fino,
pero es férrea la condena,
que a mí alma encadena,
y es dueña de mí destino.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor

Friday, August 30, 2013

Como? Dimelo tú




¿Cómo? Dímelo tú.

Tatuada tú espalda,
cubierta a medias la carne,
mí cuerpo que arde,
quemándome el alma;
coqueta la pose,
humano el sentir,
como podré vivir,
sin tu piel, sin su roce.

¿Como dejaré de tener ganas?
¿Cómo? dímelo tú mujer,
si me llenas con querer,
y la sensualidad que emanas;
si tú cuerpo es el fin,
del universo infinito,
pues no hay algo más bonito,
que a tú figura sea afín.

Mujer que evocas el pecado,
cuando veo tú hermosura,
grácil, y bella escultura,
que Dios me ha regalado,
mirar de enamorado,
este que llena mí ser,
mirando con placer,
tú cuerpo deseado.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor

Clamor y perdón





Clamor, y perdón

Las noches en que anidan
mis dolores a solas,
languideciendo la vida,
como barca sobre olas,
como polvo que desaparece
cuando sopla el viento,
que entre árboles se mece,
así se va mí pensamiento.

Tristeza injusta, y cruel,
que la vida guardó para mí,
que hace inútil el sentimiento,
que yo tengo para ti,
porque yo veo cada día
como se va tú amor sin huellas,
amor que se desvanece,
como una fugaz estrella.

Y hoy que se va mí vida
recuerdo tú anterior dulzura,
que de tú boca volcaba,
palabras de amor, y ternura,
y hoy mí alma en amargura,
sentirá tú total abandono,
pero en mis noches a oscuras,
aún en ellas, te perdono.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor

No hay más remedio



No hay más remedio

No tengo más remedio
que amarte, y desearte,
pues tú voz me enloquece,
y me provoca besarte.

Amarte toda, toda
de la cabeza a los pies,
acariciar todas tus partes
una, a una a la vez.

Lento bajar al lago
del todo placer,
y hacerte sentir
que eres mujer.

Por eso en las noches
no puedo dormir,
por todas las cosas
que suelo sentir.

Tú boca suplicando
más, más amor,
sentirte, y gozarte,
hasta que pierdas la voz.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor

Thursday, August 29, 2013

Una vez



Una vez

Una vez amé con locura,
una vez lloraron mis ojos,
una vez sentí el abandono,
una vez olvidé la cordura,
una vez sentí la dulzura,
una vez, lloré el despecho,
una vez se rompió mí pecho,
con el sentir de la amargura.

Una vez fui dueño del amor,
en el refugiaba mis brazos,
que te daban los abrazos,
que llenaron mí corazón,
tuve entonces la emoción;
de lo que fue una vez,
el sueño, y el querer,
tú risa, tú vida, tú candor.

Entonces sentí la brisa,
que era tú respiración,
sentí de tú cuerpo el olor,
y de tus labios oí tú risa,
y quedó en mí mente tú tez,
grabada aquí en mí mente,
porque a ti solamente,
amé… amé una sola vez.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor

Saturday, August 24, 2013

En el tronco de mí vida





En el tronco de mi vida

En el tronco de mi vida,
profunda has dejado,
una dolorosa herida,
que nunca ha sanado.

Como ola recurrente,
que llega de la mar,
llega tu recuerdo,
erosionando mi soñar.

Viviendo prisionero,
pues nunca te podré lograr,
viajo como raudo mensajero,
de la vida y del amar.

Emigro de la frialdad,
que una vez dejó tu amor,
trato, busco la libertad,
que me de fuerzas y valor.

Pero en el tronco de mi vida,
que ahora está en otro lagar,
no ha cerrado aún tu herida,
sigue la marca en el mismo lugar.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA

Amándote hasta la alborada



Amándote hasta la alborada

Dentro de ti esta la vida,
esta el calor de ese sentir,
que en mí alma palpita,
porque esta dentro de ti,
esta en tus muslos elevados
esta en tú vientre expectante,
que me lleva adelante,
en tus piernas, yo apoyado.

Dentro de ti vibra el sentimiento,
y cuando estoy dentro de ti,
me olvido totalmente de mí,
para amarte sin tormento,
mí cuerpo se pone convexo
y una vez, y otra vez,
mi boca ataca tú sexo,
disfrutando tú placer.

Y ya al final del camino
cuando el éxtasis explota,
cuando se alzan como gaviotas,
tus quejidos, y suspiros,
indicando cercano el orgasmo,
dejo entonces fluya mí ardor,
que salga de mí, el néctar del amor,
los dos juntos sin reclamos.

Entonces abrazada a mí pecho,
beso tú pelo alborotado,
tú boca, tú cuello mojado,
del sudor por lo que has hecho,
con ese olor de hembra mojada,
con el placer de tú derecho,
con ternura, y embeleso,
llega entonces la alborada.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor

Estúpido amor



Estúpido amor

Cuantas veces he preguntado
si te acuerdas de mí amar,
si alguna vez has recordado
lo que fue nuestro hogar.

Si pensaste en las noches
en que tú tranquila dormías,
mientras yo despierto te miraba,
y en silencio sonreía.

Yo se que recuerdas los versos
que en oscuridad escribía,
para no encender la luz,
pues todavía tú dormías.

Luego del poema, un regalo,
también un beso, y una flor,
para que tú disfrutaras,
lo feliz que era mí amor.

Cuantas veces he preguntado
si en tú pecho, ahí en tú corazón,
alguna vez has recordado,
este… este mí estúpido amor.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor

Entrada al placer





Entrada al placer

Entrada bella, rosa nacarada,
al placer del hombre,
húmedo el nombre,
suave, bella y apasionada,
es como una explanada,
que guía hacia el sentir,
donde van todos a morir,
los vástagos de la alborada.

Derechos van por la entrada,
los orgullosos caballeros,
y cuando salen de la empalizada,
lo hacen tristes, soy sincero,
pero en eso llegué yo.
con Excalibur mi espada,
y rompí la bella entrada,
esa creada por Dios.

Fui dueño de la empalizada,
sin escudos, polainas ni coraza,
solo con mi filosa espada,
destruí tu resistencia escasa,
y hoy esa rosa nacarada,
de clitoral y húmedo placer,
es toda, toda mía mujer,
mujer de mis mañanas.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA


Friday, August 23, 2013

Amor pleno



Amor pleno

Sabes que has despertado
mi deseo, y mí pasión,
con solo una vez verte
ya atrapaste mí corazón.

Desde que te vi
me dije que serias mía,
aunque después supe,
que hasta dueño tenías.

Pero en eso del amor,
cuando nace así pleno,
quien puede parar,
un tren, ya sin freno.

Tú nombre bien grabado
está aquí en mí mente,
recuerdos de enamorado,
que me vuelven demente.

Loco, y arrebatado,
deseoso estoy de tú amor,
porque solo un beso tuyo
curará mi corazón.


Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor

Si tu volvieras





Si tú volvieras

Si tú volvieras
de pétalos llenaría,
el espacio quedado,
en mí cama vacía.

De incienso, y olores,
y de verdes hiedras,
nuestro cuarto adornaría,
por si volvieras.

Las sabanas antes blancas
bordaría con fieras,
para que ruja la pasión,
si tú volvieras.

De lino, y seda,
compraría ropas nuevas,
que caigan de mis hombros,
desnudos, si tú volvieras.

La puerta aunque cerrada
no tendrían cadenas,
para tu fácil entrada
si tú, si tú volvieras.

Del cielo caerían
un millón de estrellas,
y el amor sobraría,
esa noche, si tú volvieras.

Autor: José Prado
Derechos reservados por el autor


Soy libre



Soy libre

Traviesos, carentes de pudor,
las aguas recorren nuestros cuerpos,
es un idilio de tiempos,
juventud, madurez y ardor,
enjabonas caricias exactas,
en el momento de jugar,
y como adolescentes lanzas,
agua, espuma y amar,

Me inunda el placer, el deleite,
de este juego que nos abraza,
con fuego que despedaza,
el sentir por quererte,
te cubro de besos mojados,
de los pies a la cabeza,
y Dios mirando la escena esta,
nos perdona por enamorados.

Y tallas mi piel que te quema,
con marcas que son indelebles,
haces que hasta tiemble,
mi suelo haces se mueva,
ya rompí las cadenas terribles,
y te amo, no se como lo hago,
acabé con los días aciagos,
porque soy feliz, al fin soy libre.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA





Dudas




Dudas

¿Por que te torturas? No quieres sentir,
¿Por que tus Dolores?
si es tan fácil vivir;
con vivencias de amores,
¿Por que una conciencia?
llena de peros, y escaños,
que no tiene el disfrute,
que dan los nuevos años.

¿Por que me ves como pecado?
Si nada malo, te he de hacer,
¿Por que no reconoces?
que tienes miedo a ser mujer;
a volverte loca de sentimientos,
a cerrar los ojos, y dejarte ir,
a ser aquella hembra,
con ganas de delinquir.

Todo tiene una certeza,
que es muy fácil de responder,
tienes en cuenta la rudeza,
del chisme del querer,
pero te diré de una vez
que comenten, vale la pena,
que importa si el río suena,
si volviste a ser mujer.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA






Wednesday, August 21, 2013

Pagoda de amor



Pagoda de amor

Déjame mirarte toda, déjame
déjame, admirar tus curvas,
esas que por momento enturbian,
mis deseos, mis ansias de amarte;
déjame tocarte, déjame adorarte,
con esta mirada insolente,
que te desviste hasta la mente,
y con el mismo corazón,
te hago… te hago el amor
hasta quedar inconscientes.

Déjame bajar por tú espalda,
siguiendo el hilo divino,
que crea el desatino,
de un deseo que escalda;
dime ¿que me falta?
para lograr tú querer,
dímelo, dímelo mujer,
para poder tomarme el vino,
de tú sexo, ardiente, divino,
y robarme tú querer.

Déjame mirarte toda,
déjame admirar tus curvas,
las derechas, y las zurdas,
déjame regalarte una oda,
te llevaré a la pagoda,
del deseo, y el placer,
y solos los dos mujer,
disfrutaremos del amar,
hasta nuestros cuerpos agotar,
y luego, volverlo…volverlo a hacer.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor

Enamorado de ti

Enamorado de ti.

Tú cabellera oscura
resalta la palidez de tú cara,
es un reflejo interno,
que a tus problemas encara;
disfrutas la naturaleza,
con una dulzura marcada,
¿quien sabe por que?
escondes sentir en tú almohada.

Haces frente a la vida
con alegría soñadora,
lánguida, y tierna mujer,
bella, y juguetona;
en la música liberas
sentimientos, y armonía,
como lo hace el pianista,
que toca una sinfonía.

Ojos vivaces, y locuaces,
fáciles son de leer,
ríes fácil, lloras a mares,
vives, y sientes como mujer,
no importa donde estés
no lo tengo que saber,
oigo el sonido de tú voz,
y se enamora mí querer.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA

Monday, August 19, 2013

El problema del amor





El problema del amor

Ahí esta el problema del amor,
es como una tierna flor;
que necesita lo mantengan,
y es que en la escena esta,
cuando nace el sentimiento,
créeme que no miento,
hace falta el contacto,
la bandera enhiesta,
mantener bien en alto,
en su podio muy bien puesta.

De pan no solo vive el hombre,
eso dijo nuestro señor,
lo mismo pasa con el amor,
no lo llenan las palabras,
ni el canto de las cigarras,
que hay en tú balcón,
para eso hay un apretón,
un beso apasionado,
que haga prender la pasión
entonces crece, y no fenece,
por todos lados el amor.

Autor José Prado
@Derechos reservados por el autor

Tarde de lluvia




Tarde de lluvia

Tus ojos, brillaban en la tarde,
que trataba de empañar la lluvia,
tarde mulata, no rubia,
de deseos era estandarte,
te negabas a entregarme,
mujer, esos tus amores,
resistías los furores,
de mi ataque impaciente.

Pero como el deseo no miente,
tu cuerpo te traicionaba,
porque sentías inmensas ganas,
de darme tu sexo ardiente,
y yo hombre paciente,
conociendo tu debilidad,
me robé toda tu mente,
con mi sexualidad.

Logré que en el calor,
de una tarde tropical,
tu cuerpo quemara más,
regalándome tu ardor,
y me sacié de tu cuerpo,
me sacié de tu belleza,
y hasta la naturaleza,
se saciaba con el trueno.

Yo te daba el anhelo,
que mata tu voluntad,
mis suspiros, mi verdad,
y en aquel nublado cielo,
fui feliz, destapé el velo,
que tanto tiempo cubrió,
el sexo que te robó,
tu amor, con mi veneno.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA

Saturday, August 17, 2013

Hombre del placer





Hombre del placer

Ojos abiertos miraban mí ser
como a un camino derecho,
por el deseo ya hecho, 
en tú mente de mujer,
como cascada llegó a ser,
tú diamantada cabellera,
sobre mí pecho enredadera,
y sintiendo yo su olor,
me olvidé del pudor,
convirtiéndome en una fiera.

Arranqué de tus hombros
la ropa que me estorbaba,
de tú cabeza quite la almohada,
ante tú mudo asombro,
todo me parecía escombro
ante tú extrema belleza,
y entre tus muslos la cabeza,
deje ahora, sin tino caer,
y un suspiro de mujer,
reavivo entonces mí fiereza.

Ya no hubo mas silencio
callar ahora  ¿Para que?
Me levanté, y penetré,
al valle de mis tormentos,
rompí todos tus cimientos,
sentí tu cuerpo estremecer,
y tú boca de mujer,
en mi oído, quedo me decía,
bendito Dios sea este día,
mí hombre del placer.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor

Sueño atrevido.





Sueño atrevido

Noche negra, agua cálida,
cubre tú cuerpo sumergido,
y yo mirándote afligido,
salir de ella como crisálida,
sueño tú pelo pegado a tú suave piel,
tus ojos, capullos cerrados,
tan bellos, ellos marcados,
son dos panales de miel.

Tu piel blanca encerada,
por un bello escultor,
usó Dios para el amor,
crear el, en su madrugada,
mujer de piel adorada,
¿Por que te sueño, y te veo?
¿Quién sabe si otro es el arreo?
con el que estas hoy atada.

¿Habrás olvidado mí coche?
Dime si no recuerdas mis besos,
si el calor de mí pecho,
no extrañas en tus noches,
dime toda…toda la verdad,
porque hoy mirándote  a solas,
me ahogan en el sueño, las olas,
de nuestra inmensa soledad.

Sueño atrevido, que llegó sin permiso.
¿Por que me recuerdas que ya no está?
Si no se si es feliz, o sufriendo andará,
¿Por qué llegaste de improviso?
Si soñando tú cara, parecía que era cierto,
que allí en el agua, cálida estabas,
y yo amante, con mis ojos te tocaba,
volviendo, atrás… atrás al tiempo.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor