Mi bella flor de Amapola
Señora de hermosos labios,
de risa que hace temblar al mar,
que calma mis resabios,
con intensas ganas de amar.
Sacrificado ejemplo sublime,
porque antes de ser mujer,
el maternal deseo, te exime,
de todo pecado del placer.
Madre eres sin ataduras,
no importa que tuvieras soledad,
atendiste a dos criaturas,
con amor sano y piedad.
No te preocupó, del tiempo su dilema,
tampoco huiste a la depresión,
y resolviste tu problema,
con la espada del corazón.
Que Dios te guarde,
hoy ya no estas sola,
yo te cuidaré bien,
mi bella flor de Amapola.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
No comments:
Post a Comment