Tuesday, May 8, 2012

Odio, rabia, y suerte




Odio, rabia, y suerte.

Yo mirando tu vida
celaba tu alma,
que a todos encantaba
con frescura de palma;
celaba, rabioso, callado,
no fueras a saber,
que de celos moría,
por no poderte tener.

Miraba a aquel hombre
ese que te poseía,
y yo de rabia, y odio,
poco, a poco moría;
porque solo yo sabía,
de mi intenso querer,
que consumía mi alma,
mi mente, y mi ser.

Miraba tu dura vida,
absolutamente vacía,
pero tú complacida
ciega, no lo veías;
y yo por ser hombre,
y no hacerte sufrir,
me quedaba callado,
queriendo morir.

Un día por fin a él, le hablé,
estaba yo preparado,
pues pensaba que él te amaba,
como yo te he amado;
le conté de mi corazón herido,
de mi tristeza en el alma,
y el que se llamaba tú marido,
ni siquiera perdió la calma.

Cobarde, o gentil,
no se, me dijo el osado,
llévatela es tuya,
yo nunca la he amado;
no pude contener la rabia,
no pude contener mi mano,
lo abofetee con rabia,
por su descaro malsano.

Ahora ya libre tenía,
el camino a tu corazón,
pero cuando te lo dije,
lloraste sin razón;
porque tú lo querías,
a pesar de no merecerte,
y me fui… solo me quedé,
con mi odio, mi rabia, y mi suerte.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA

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